Fama

Prácticas en Fama

Venimos de una generación que ha crecido escuchando a sus profesores decirles que iba a ser muy difícil encontrar trabajo de lo que te gusta, que posiblemente tendrías que irte a vivir a otro país si de verdad quieres trabajar “en lo tuyo” o simplemente habían algunas personas que te reprochaban lo mal que habías elegido tu carrera.

Pero cinco años después de estar hincando los codos por lo que te gusta, llega el momento de poner tus conocimientos en práctica y salir al mundo real a ver si de verdad te gusta o has aprendido tanto en proporción a las horas que le has echado.

Y normalmente no suele ser así, muchas veces una carrera no te enseña una profesión, sino que lo aprendes cuando te equivocas 20 veces seguidas, cuando no guardas el proyecto cada 3 minutos y de repente se borra, cuándo tienes que elegir una foto de entre 50 casi iguales, pero en cada una ves un matiz, un detalle o una luz diferente; cuando vas a una sesión de fotos y aunque estén todas las cosas por en medio o a la modelo se le congelen las manos del frio que hace, las fotos son perfectas.

Cuando llegó el momento de elegir la empresa dónde cada uno queríamos hacer las prácticas del máster, la encargada de las solicitudes me dijo: “¿Pero sabes que Fama es una fábrica de sofás no? ¿Estás segura de que quieres hacerlas allí?” y yo que pensaba que ya había dado suficientes explicaciones en mi vida académica sobre cada decisión que tomaba….pues no, que todavía te quedan un par de explicaciones más.

Y un par de meses después sigo pensando lo mismo que en ese momento: ¿y qué diferencia hay entre hacer marketing para sofás o marketing para cosméticos? Si al fin y al cabo es una de las partes más importantes de tu casa, o al menos casi dónde más tiempo pasamos cuando estamos allí. Y que lo más importante no es en sí el producto que tratas sino cómo lo haces y estar en un sitio dónde poder seguir aprendiendo nuevas técnicas, tener compañeros que te ayuden cuándo lo necesites, vivir nuevas experiencias…

He tenido la suerte de estar en una empresa que ya contaba con un departamento de marketing bastante consolidado por lo que no ha habido un solo día en el que me haya ido sin aprender algún pequeño truco o el nombre de otro producto que no sabía ni que existía de entre tantos que hay. Aunque bueno siempre hay algunos que destacan entre los demás y no sabría si elegir entre las telas con los dibujos más raros que había visto para un sofá o los adorables peluches solidarios.

El 50% de las cualidades necesarias para que un trabajo sea considerado como “un buen trabajo”, son las personas con las que lo compartes cada día y sentirse a gusto en el entorno laboral. Quizás un buen ambiente en el trabajo no siempre signifique una alta productividad en la empresa, pero estoy segura de que si aquí la productividad es tan alta se debe al buen entorno laboral.